¿Cómo impacta la alimentación y salud de la madre en sus hijos?
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La salud general de la madre y los hábitos que tiene impactan e impactarán a largo plazo en sus hijos.
Según un estudio realizado en Australia el año 202, el estado de salud materna durante el embarazo o en el año posterior al parto, impacta significativamente sobre la salud de sus hijos, donde los hábitos y salud inadecuados provocan un mayor riesgo de mala salud general, afecciones crónicas de salud y una pobre salud física en sus hijos. Estos hallazgos corroboran literatura previa, que muestra que una salud materna deficiente y los comportamientos relacionados con la salud aumentan las probabilidades de una salud precaria en bebés y/o adolescentes.
Estos resultados indican que las condiciones crónicas de la madre en el embarazo y eventos estresantes, estrés o ansiedad durante el mismo se asocia con una mayor probabilidad de enfermedades crónicas, sobrepeso, obesidad, depresión e incluso afecciones cardíacas en sus hijos durante la infancia o adolescencia 1 .
¿Cómo afecta la salud mental?
Los trastornos de la salud mental materna durante el embarazo afectan el desarrollo del bebé en cuanto a emoción, cognición y comportamiento. Las condiciones de la mente materna pueden interferir con la armonía fisiológica y bioquímica del cuerpo de la madre, afectando el desarrollo fetal.
Una buena salud mental en la madre fomenta la conexión emocional, la formación de un apego seguro y el desarrollo socioemocional saludable en el niño. Por otro lado, el estrés, la ansiedad y la depresión en la madre pueden aumentar los niveles de cortisol, lo que potencialmente afecta el desarrollo cerebral y la capacidad de respuesta al estrés del niño en gestación. El cortisol, una hormona elevada durante el estrés o la preocupación materna, puede atravesar la barrera placentaria y llegar al feto en crecimiento. La exposición a largo plazo a altos niveles de hormonas del estrés puede causar un desarrollo cerebral fetal anormal, afectando regiones encargadas del control emocional, la atención y la memoria.
Como resultado, los niños nacidos de madres con problemas de salud mental no tratados durante el embarazo pueden tener más probabilidades de crecer con problemas de comportamiento, problemas cognitivos y enfermedades psiquiátricas.
Por lo tanto, es fundamental priorizar el bienestar mental de la madre mediante el apoyo, el tratamiento y la creación de un entorno afectuoso para promover un desarrollo óptimo del niño 2 .
¿Cómo afecta la nutrición?
Adoptar hábitos saludables como una dieta equilibrada, actividad física regular, descanso adecuado y manejo del estrés impacta positivamente en el estilo de vida. Evitar el tabaco y el exceso de alcohol, mantener relaciones sociales, hidratarse adecuadamente y practicar el autocuidado son fundamentales para la salud física y mental. Estos hábitos promueven la prevención de enfermedades, el bienestar general y una vida más plena.
En este contexto, la alimentación es un pilar fundamental de nuestro estilo de vida y se hace vital seguir una alimentación saludable, especialmente durante el embarazo. El bebé en gestación depende por completo de la alimentación materna para obtener los nutrientes vitales, las vitaminas y los minerales necesarios para su desarrollo.
Una dieta equilibrada y nutricionalmente rica garantiza un crecimiento óptimo de los órganos, el cerebro y el sistema inmunológico del bebé. La falta de nutrientes esenciales, como folato, hierro, calcio y ácidos grasos omega-3, puede tener consecuencias adversas para el niño.
Durante el embarazo, es crucial consumir una dieta equilibrada que incluya
macronutrientes, micronutrientes y vitaminas. Los macronutrientes, como carbohidratos, proteínas y grasas, proporcionan energía y apoyan el crecimiento y desarrollo fetal.
Por otro lado, los micronutrientes, como hierro, calcio y folato, son indispensables para la formación de glóbulos rojos, el desarrollo óseo y la prevención de anomalías congénitas.
La vitamina D facilita la absorción de calcio, mientras que la vitamina C favorece la reparación de tejidos y fortalece el sistema inmunológico. Además, otras vitaminas esenciales para las mujeres embarazadas incluyen la vitamina A para la visión y el crecimiento celular, la vitamina E para la protección celular y las vitaminas del complejo B para el metabolismo y el desarrollo cerebral 2 .
Nuevos hallazgos sugieren que la dieta materna durante el embarazo puede tener efectos persistentes en la cognición durante la infancia, ya que encontramos evidencia de asociaciones entre la calidad de la dieta materna durante el embarazo y medidas de cognición en la infancia temprana y media 3 .
Salud intestinal
La microbiota materna es muy importante para la colonización bacteriana del bebé recién nacido. Principalmente a través de la lactancia y la vía entero-mamaria donde resulta la translocación de bacterias intestinales maternas a través de la barrera epitelial intestinal para llegar a la glándula mamaria a través de la circulación linfática.
La salud materna influye directamente en la composición de la microbiota de la leche humana entre estos factores se encuentra: el índice de masa corporal (IMC) materno, la edad y la dieta, la ubicación geográfica, el estatus socioeconómico, el uso de antibióticos o probióticos durante el embarazo, y el tipo de parto.
La leche materna proporciona al bebé su propia microbiota, así como compuestos prebióticos, inmunológicos y otros compuestos que pueden influir indirectamente en los patrones de colonización en el bebé.
La disbiosis microbiana intestinal temprana, como la que ocurre durante el embarazo, puede afectar la composición de las comunidades bacterianas del recién nacido, y esto puede actuar como un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades como la obesidad y el asma en el futuro, así como para patologías como la enterocolitis necrotizante en los primeros meses de vida, especialmente en los bebés prematuros.
Por todas estas razones es fundamental cuidar la microbiota materna incluso mientras la mujer está embarazada y con especial énfasis durante el período de lactancia 4 .
Cuidar la microbiota implica mantener una dieta equilibrada rica en fibra, frutas, verduras y alimentos fermentados. Evitar el consumo excesivo de alimentos procesados, azúcares refinados y grasas saturadas. Incorporar probióticos y prebióticos, como yogur, kéfir, ajo, cebolla y alcachofas, promueve el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino.
Mantener hábitos de vida saludables, como dormir lo suficiente, reducir el estrés y hacer ejercicio regularmente, también es crucial. Evitar el uso indiscriminado de antibióticos y otros medicamentos siempre que sea posible, siempre pudiendo apoyarse en el uso de probióticos para mejorar aún más la salud intestinal.
Referencias:
1. Ahmad K, Kabir
E, Keramat SA, Khanam
R (2021) Maternal
health and health-
related
behaviours and their
associations with child health: Evidence from an Australian birth cohort. PLoS ONE 16(9):
e0257188. https://doi.org/10.1371/ journal.pone.025718
2. Naaz A, Muneshwar KN. How Maternal Nutritional and Mental Health Affects Child Health During
Pregnancy: A Narrative Review. Cureus. 2023 Nov 13;15(11):e48763. doi: 10.7759/cureus.48763.
PMID: 38098932; PMCID: PMC10719542.
3. Mahmassani HA, Switkowski KM, Scott TM, Johnson EJ, Rifas-Shiman SL, Oken E, Jacques PF.
Maternal diet quality during pregnancy and child cognition and behavior in a US cohort. Am J Clin Nutr.
2022 Jan 11;115(1):128-141. doi: 10.1093/ajcn/nqab325. PMID: 34562095; PMCID: PMC8755080.
4. Notarbartolo V, Giuffrè M, Montante C, Corsello G, Carta M. Composition of Human Breast Milk
Microbiota and Its Role in Children's Health. Pediatr Gastroenterol Hepatol Nutr. 2022 May;25(3):194-
210. doi: 10.5223/pghn.2022.25.3.194. Epub 2022 May 9. PMID: 35611376; PMCID: PMC9110848.