¿Cómo restaurar tu Microbiota?

¿Cómo restaurar tu Microbiota?

Este es un tema que ha ido ganando importancia los últimos años por el aumento de problemas intestinales a lo largo de la población, pero qué significa esto realmente y qué puedo hacer para mejorarlo.

¿QUÉ ES LA DISBIOSIS INTESTINAL?
Es un estado de desequilibrio de la microbiota y microbioma intestinal, que se
caracteriza por el crecimiento (proliferación) de bacterias oportunistas en el tracto
intestinal, acompañado de niveles disminuidos de bacterias beneficiosas.
Los principales síntomas de la disbiosis pueden ser: distensión abdominal,
alteración de los movimientos intestinales, dolor abdominal y articulares, confusión mental, sensibilidad a alimentos, alergias e inflamación.
La disbiosis se ha relacionado con múltiples enfermedades y trastornos
gastrointestinales como Síndrome de Intestino Irritable (SII), Enfermedades
inflamatorias intestinales (EII), sobrecrecimiento bacteriano (SIBO) e incluso
enfermedades autoinmunes.
Por lo general su causa es producida por alguna infección o por el uso de
antibióticos. En todos los casos, el intestino queda vulnerable y expuesto a
patógenos externos, que impiden una respuesta inmunológica adecuada y provocan síntomas de diversas índoles.

¿QUÉ LO ESTÁ CAUSANDO?
Es difícil encontrar un único culpable o incluso la raíz del problema, pero sabemos
que existen varias situaciones que pueden gatillar una disbiosis.


● Mala digestión: entre esto la baja producción de ácido estomacal y enzimas
digestivas, acompañada de comer en exceso puede predisponernos a un
elevado número de bacterias patógenas. Por otro lado tenemos una
producción y flujo de bilis deficiente (como en personas con cálculos biliares,
colecistectomía o pobre nivel de metilación) por las propiedades
antimicrobianas de los ácidos biliares.


● Estrés: el estrés físico o mental prolongado puede aumentar el riesgo de
baja producción de ácido estomacal. Por otro lado, el cortisol elevado
(“hormona del estrés”) está asociado con niveles disminuidos de IgA, lo cual
disminuye la vigilancia inmunológica a nivel intestinal.


● Bajo consumo de fibra dietética: es muy importante para el intestino la
limpieza de este, además de eliminar los alimentos dentro del lumen, de lo
contrario se fomenta la sobreproducción de patógenos.
● Producción de mucosa alterada: por distintas condiciones genéticas.

● Intoxicación alimentaria: exposición a alimentos y agua contaminada
durante viajes. Los patógenos más comunes son: Vibrio cholerae, Clostridium
difficile, Shigella, Escherichia coli productora de toxina Shiga (STEC),
rotavirus, norovirus y el parásito Giardia lamblia. Esta exposición puede llevar
a un cambio más permanente en la microbiota.


● Medicamentos: el uso excesivo de antibióticos puede afectar la flora a corto y
largo plazo. Además puede resultar de la colonización patógena,
comúnmente por Salmonella y C. Difficile. Por otro lado, los inhibidores de la
bomba de protones también pueden aumentar el riesgo de desarrollar
sobrecrecimiento bacteriano si son utilizados a largo plazo.


● Tránsito lento: pueden provocar estasis y retención de la materia fecal y
contribuir de esta forma al SIBO. La disminución de la motilidad intestinal
puede estar dada por un consumo excesivo de azúcar, estrés crónico,
diabetes, hipotiroidismo, esclerodermia, entre otros.


● Sistema inmune comprometido.

CÓMO RESTAURAR EL BALANCE
Una de las mejores opciones que tenemos es utilizar prebióticos y probióticos para fomentar un enfoque diverso de flora intestinal. La microbiota beneficiosa inhibe el crecimiento de bacterias patógenas mediante la modulación del pH intestinal, la producción de bacteriocinas y la competencia por sitios comunes de unión en las células epiteliales. En este proceso se confiere resistencia a la infección contra muchos patógenos, tanto bacterianos como fúngicos.
Ciertos probióticos pueden ser de especial ayuda en los casos de SIBO, ya que
tienen un efecto para el equilibrio de la flora intestinal. Tanto Lactobacillus como
Bifidobacterias han demostrado acciones antimicrobianas contra varios patógenos.
Aunque en muchos casos debido a las molestias puede ser necesario evitar la fibra, especialmente en intestinos muy dañados, una dieta baja en FODMAPs muy
prolongada puede provocar mayor intolerancia a fibras solubles y mayor disbiosis.
El objetivo de cualquier tratamiento siempre debe ser que la persona tolere una dieta rica en fibra soluble, que contenga alta variedad de fibra prebiótica. Aumentar gradualmente el consumo de pro y prebióticos puede ayudar a desarrollar tolerancia.
La regulación del nervio vago también se puede utilizar para aumentar la secreción de ácido gástrico y mejorar la motilidad intestinal. Puede ser estimulado con el consumo de probióticos y ejercicios como yoga, meditación y respiración profunda.
También es importante realizar apoyo dietético con un profesional para reducir la
ingesta de carbohidratos refinados, aumentar la cantidad de fibra, polifenoles y
alimentos ricos en nutrientes. Además de limitar el consumo de alcohol y alimentos procesados que pueden aumentar la disbiosis.



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